Este niño comenzó lanzando al suelo los panes en un supermercado, lo que llevó a que la encargada reclamara a la madre. Sin embargo, ella, lejos de corregirlo, prefirió ignorar la situación. Poco después, el niño rompió unos huevos frente a otra clienta, y nuevamente, la madre continuó mirando su teléfono sin prestarle atención. A medida que el niño seguía rompiendo cosas en el supermercado, los empleados, cansados de la negligencia de la madre, decidieron tomar medidas. Cuando la mujer llegó a la caja para pagar, le tenían preparada una sorpresa: un enorme ticket que incluía todos los productos que su hijo había arruinado. La mujer, incrédula, no podía creer lo que estaba pasando. ¿Y a ti qué te parece?.
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