En el otoño de 1828, mientras contempla cómo la vida se le escapa entre las manos, Franz Schubert compone tres monumentales sonatas para piano. El “Andantino” de la Sonata D 959 se inicia con una lánguida melodía de gestos sollozantes. Contra ellos se revela una impetuosa sección de sonoridades extremadas y violentas que, sin embargo, conduce de nuevo a la repetición variada de la sección inicial. De este modo, el destino inefable termina por imponer su voluntad.

Franz Schubert (1797-1828)
Andantino de la Sonata para piano en La mayor D 959

Elisabeth Leonskaja, piano

Extracto del concierto extraordinario de Clausura de la Temporada 2017-2018, "Schubert tardío: la trilogía de 1828"
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6 de junio de 2018
Fundación Juan March, Madrid

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