La fiesta de las Cruces de Mayo de Lebrija (Sevilla, Andalucía, España) tiene en su vertiente musical unas importantes dosis de participación popular espontánea, sin grupos organizados permanentes que realicen las músicas y los bailes.
Durante los dos primeros fines de semana de mayo, entidades y particulares de todo tipo organizan las “cruces” por calles y plazuelas, adornando con flores, mantones, colchas, espejos… las paredes, y con todo tipo de quincallería y aditamentos el entorno y algunos pequeños altarcillos. Como el baile es imprescindible, se suelen poner tablados en el suelo en los lugares menos firmes, y estos son ocupados, sin solución de continuidad durante las horas que dura esta fiesta nocturna, por parejas que se sustituyen tras unas cuantas mudanzas para dejar paso a una nueva tanda. En Lebrija la fiesta de las Cruces es conocida como “la fiesta de las mujeres”, por la activa participación social y la libertad de la que disfrutan ellas, también en tiempos pasados, y por eso su presencia es mayoritaria, aunque también hay una buena representación masculina.
Una muestra de esta fiesta la incluimos en la Colección Memorias de la Tradición
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con estas imágenes grabadas en la cruz montada por el partido Ganemos Lebrija, en la noche del sábado 9 de mayo de 2015. En ellas se puede observar entre los bailaores la mayoritaria preferencia por las sevillanas de tipo académico (aunque ejecutadas con bastante libertad expresiva), si bien hay algún caso (en las primeras imágenes) donde se ve a una pareja bailando unas sevillanas corraleras al estilo antiguo, que guardan cierta similitud con otros bailes de seguidillas del sur español. Asimismo se aprecian diferencias entre los movimientos y braceos de las personas más jóvenes (más influenciados por las modas académicas, más recientes) y los mayores, que conservan algo de las antiguas formas.
Y en el cante se pueden apreciar también una variedad de los distintos estilos con los que se cantan las corraleras en Lebrija, que se suelen interpretar con libertad por los concurrentes, lo que le otorga a la fiesta una variedad que se aleja de la monotonía .
Todo ello hace que el repertorio, que siempre es el mismo: sevillanas y más sevillanas, sea a la vez cambiante y muy ameno, lo que facilita la diversión.
En siglos pasados, las crónicas hablaban de más pluralidad de estilos en las reuniones festivas de la zona (por ejemplo los llamados bailes de candil o de botón gordo), que finalmente con el tiempo se unificaron, al igual que ocurre con el caso de los verdiales en la vecina provincia de Málaga, frente a otros lugares hispanos donde los repertorios son más variados e incluyen fandangos, jotas y otros temas además de seguidillas.
Vídeo y texto: Manuel Sánchez Martínez.
Colección Memorias de la Tradición: Licencia Creative Commons BY-NC-SA
En el siguiente blog se pueden encontrar los vídeos de esta colección formando parte de una explicación general, con un índice o clasificación:
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Correo electrónico:
memoriasdelatradicion@gmail.com
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