La morfina es un potente analgésico que se utiliza con frecuencia en los cuidados paliativos. También se administra para aliviar la sensación de falta de aire. La morfina relaja los músculos de las vías respiratorias y aumenta el flujo de aire hacia los pulmones.

Es posible que alguna vez hayas escuchado que la administración de morfina acelera la muerte. Sin embargo, no hay absolutamente ninguna prueba de que los opiáceos como la morfina aceleren el proceso de la muerte. Parte de esta idea errónea proviene de experiencias en las que la muerte fue precedida inmediatamente por una dosis de morfina. Es importante recordar que una correlación no implica una causalidad. De hecho, las investigaciones demuestran que el uso de morfina cerca del final de la vida puede ayudar a una persona a vivir un poco más. Esta prolongación se debe a que puede ser agotador experimentar dolor y problemas para respirar, y las personas que se acercan al final de la vida tienen fuerza y energía limitadas. Por lo tanto, tiene sentido que el tratamiento de estos síntomas puede ralentizar el ritmo de deterioro, aunque sólo sea durante unas horas.


¿La morfina acelera la muerte?

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