La artroscopia de rodilla es una técnica mínimamente invasiva que realizo de manera ambulatoria. La cirugía de una reparación meniscal puede durar de 30-60 minutos de media. El paciente sale con un vendaje a modo de rodillera. Las incisiones se curan a los cinco días y son tan pequeñas que apenas llevan al centímetro de longitud.
Tras una artroscopia de rodilla por una rotura meniscal el paciente sale caminando por su propio pie del quirófano ayudado de una o dos vueltas, dependiendo de las molestias que presente, pero se le permite el apoyo de pierna operada así como el doblar y estirar la rodilla.
Siempre insisto a todos mis pacientes a que sean lo más proactivos posibles tras este tipo de intervención. La idea que siempre trasmito a mis pacientes es que hay que intentar que la rodilla se entere lo menos posible de que ha sido operada. Todos los pacientes a los que realizo una artroscopia de rodilla les entrego una hoja con un protocolo de ejercicios para realizar de manera progresiva para iniciar incluso a las 2-3 horas tras la cirugía.
El aporte biológico complementario con un tratamiento regenerativo como es el plasma rico en factores de crecimiento es el complemento perfecto a una artroscopia de rodilla, para estimular los procesos regenerativos naturales, producir un efecto antiinflamatorio y potenciar la pronta curación de los tejidos.
Por lo tanto si queremos acortar los tiempos de recuperación, una cirugía limpia, bien ejecutada, el aporte de plasma rico en plaquetas y una actitud positiva, son fundamentales.
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