Ficha artística.
Actuación: Alan Robinson.
Dirección: Martín Ortiz.
Dramaturgia: Alan Robinson. Martín Ortiz.

Diseño Gráfico: Renata Cymlich.
Fotografía: Yamila Nair Williams.
Prensa: Eric Robinson.
Producción y gestión: Cooperativa Los Hermanos.

El psiquiatra Facundo Valle, se encuentra encerrado en su consultorio. No se acuerda que fue lo que le sucedió. Entonces, se entrega a la ardua tarea de repasar su historia paso a paso, con la esperanza de recordar y comprender todo. Pero lo que se comprende muchas veces se vuelve muy difícil de aceptar.

Esta obra se fue gestando porque el director Martín Ortiz leyó mi libro “Actuar como loco, experiencias del teatro y la locura” y me escribió esta propuesta: “El libro está vivo, tenemos que hacer algo, una performance, una obra, o algo”. Como además de escribir y dirigir cada tanto me gusta actuar, me entusiasmé con la propuesta y escribimos “algo” para trabajar junto a mi amigo y colega Ortiz. Así fue como fuimos madurando de a poco y con paciencia el proyecto “Un Psiquiatra”.
Para este proyecto, hubo que colocarse en el lugar de un médico psiquiatra imaginario. La locura se transforma en “enfermedad” cuando el psiquiatra da el diagnóstico y el tratamiento al paciente. Mi motivación para este proyecto, fue invertir esa ecuación, y colocar la locura en el psiquiatra, el sujeto que da el diagnóstico, quien decide quien es loco y quien no. La pregunta central que hace la obra es ¿Cómo enloquece una persona cuando no hay un psiquiatra para decidir que una persona enloqueció?
Esta obra se apoya en los conflictos morales, laborales, económicos y sociales que atraviesa un médico psiquiatra y la forma que encuentra de resolverlos. No realiza ningún juicio de valor sobre la locura, evitando el maniqueísmo de considerarla “buena” o “mala”, “genial” o “enferma”. Esta obra se basa en la idea de que la locura es un problema del lenguaje y de la cultura.
La imagen que mejor representa a esta obra es una imagen mitológica, que aparece en diversidad de culturas. Se trata del dibujo circular del “Uróboros”, es decir “la serpiente que se muerde la cola” El uróboros simboliza el ciclo eterno de las cosas, también el esfuerzo eterno, o bien el esfuerzo inútil, ya que el ciclo vuelve a comenzar a pesar de las acciones para impedirlo. En nuestro caso se trata de un psiquiatra que busca por todos los medios evitar el ciclo de la locura en sus pacientes, pero su objetivo lo obsesiona tanto que se recluye en su propio consultorio quedando encerrado, como si éste se hubiese convertido en paciente y su consultorio en un manicomio.

Alan Robinson

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