¿Correa o cadena de distribución? ¿Qué elemento es mejor a la hora de elegir un motor? Esta respuesta siempre es complicada porque son dos elementos muy distintos entre sí, pero que desarrollan la misma función, abrir y cerrar las válvulas de admisión del motor. Coordinan el movimiento de la polea del cigüeñal con el piñón del árbol de levas lo que se traduce en que son unos elementos básicos para el buen funcionamiento de un motor.
Mecánicamente las averías de las cadenas o correas de distribución son uno de los fallos mecánicos más costosos, por ello es necesario conocer las ventajas y desventajas que ofrecen cada una. La correa es un elemento relativamente nuevo en el mundo del automóvil que en la actualidad ha sido adoptado por casi todos los fabricantes. Su coste de fabricación es bajo y su funcionamiento es más silencioso. Su gran hándicap es que su vida útil es más limitada que la de la correa. Es recomendable sustituirla tras recorrer entre 80 mil y 120 mil kilómetros o en su defecto, cada cinco años. Si se rompe la reparación es muy costosa porque necesita la sustitución de otros elementos del sistema.
El uso de la cadena de distribución se reduce en la actualidad al 20% de las monturas. La ventaja principal es su fiabilidad, casi ilimitada. Es muy poco probable que llegue a romperse aunque lo que sí es posible, es que tras un uso intensivo, no antes de los 250 mil kilómetros, presente pequeñas holguras y necesite cambiarse.
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