Tema dance de cachondeo, ideado por tres "elementos" de Radio Club 25: Roman Armengol, Jordi Rius y Toni Mora. Con la voz de Carlos Jesus de Raticulin y Ganimedes, de Crónicas Marcianas.
Venía de Raticulín, un planeta de coordenadas desconocidas.
El es Jesús Caballero Rey, sevillano que tiene su cuartel general en Dos Hermanas, en Sevilla, donde una placa en su portal reza ‘Carlos Jesús. Curaciones por fe”.
Su ciclo vital parecía discurrir tranquilo hasta que, trabajando en la fábrica de SEAT en Martorell recibió una fuerte descarga eléctrica de 42 kilovatios y estando inconsciente una voz le dijo "vuelve que aún no es tu hora". Las desgracias no vienen solas y Carlos Jesús recibió otra descarga eléctrica de la misma intensidad en la fábrica de Pegaso en Mataró. En ese caso, él mismo se vio salir de su cuerpo y elevarse, tras pasar un túnel siguiendo una luz blanca vio a todos sus familiares muertos. Pero surgió una figura blanca entre ellos que le dijo que debía volver al cuerpo porque "tenía que cumplir una misión en la Tierra".
Carlos Jesús se hizo famoso en España gracias a sus apariciones en televisión.
La estocada para que se reconvirtiera en un hombre de fe le llegó delante de una churrería. Así. Tal cual. Una churrería, porque Carlos Jesús aprecia al pueblo. Se le apareció una figura blanca "que se descolgó desde la claraboya de yeso, era Cristo". Esto fue "en la calle Provenza, trece-quince, segundo primera. Delante de una churrería".
Jesús le dijo que tenía que curar por fe en la Tierra hasta que llegara el fin del mundo. "También me dijo que tenía que sacar del Triángulo de las Bermudas el espíritu de una mujer y dos hombres extraterrestres".
Son memorables aquellos vídeos en los que Cárdenas se aguantaba la risa como podía cuando Carlos Jesús lanzaba sus profecías extraterrestres.
El catálogo es extenso. Ejemplos, todos. Curar flatulencias, resucitar algún muerto, enderezar a los jorobados, ayudar a los desempleados a encontrar trabajo y la especialidad de la casa: reparar los virus de un “ibe-eme-eme”. Para los profanos, nuestro hombre podía exterminar los virus de los ordenadores con el poder de la placa que le habían instalado unos extraterrestres en su frente. Podía soltar descargas de 800.000 voltios.
Las curaciones las hacía astralmente. Su alma salía del cuerpo y podía desplazarse hasta "cualquier punto de España en fracciones de segundo, como meterse en el cuerpo de una persona y recorrer todo su organismo". Mejor no pensarlo mucho….
Carlos Jesús recibe llamadas de toda España pidiendo que sanen a sus familiares o seres queridos. Asegura haber sanado "a millones de personas". A los jorobados "les pongo bien derechitos" y los cojos "salen dando saltos sin bastón" de su consulta.
Este sanador ha viajado mucho, pero mucho, mucho. "El primer viaje fue a Ganímedes, luego estuve visitando Raticulín, y luego Beta 1, Beta 2, y hasta Beta 20, la constelación Orión... Y el Sol". Cuando le preguntan si hacía calor en el Sol dice: "No, qué va, como si tuvieras una estufa cerca. En realidad, las llamas son una defensa, cuando las pasas, es como un planeta cualquiera. Allí es donde vive el Padre Eterno".
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