Una acción, un exceso, una simple pero inexplicable patada, ha hecho tambalear la imagen del último gran mito del motociclismo mundial. Valentino Rossi, nueve veces campeón del mundo e ídolo de media parrilla, saldó con una antideportiva respuesta su duelo con Marc Márquez en el GP de Malasia y ya no se volvió a hablar de la carrera.

Calificada prácticamente con unanimidad como una acción injustificable, la patada de Rossi a Márquez revolucionó este domingo el mundo del motociclismo, que se debate entre el respeto y la caída del mito Valentino. El italiano, líder del Mundial, llegará a Valencia con siete puntos de diferencia sobre su compañero Jorge Lorenzo. Saldrá último, aunque para muchos, la sanción se ha quedado corta.

"Es absolutamente inaceptable, se trata de una actuación antideportiva incompatible con los valores que rigen el deporte y la competición", señaló inmediatamente Repsol-Honda, el equipo de Márquez, que reclamó "un reglamento claro y contundente que, en aras a la seguridad e integridad física de los pilotos, sancione con claridad y de manera decidida comportamientos como los de este domingo".

Por su parte, Lin Jarvis, director de Yamaha, protegió a su pupilo. Pese a reconocer que la maniobra es algo que "no queremos ver en MotoGP", argumentó que "la motivación de Márquez era molestar a Rossi". "Lo que ha pasado es un resultado de un par, la menos un par, de carreras al límite entre Valentino y Marc. Lo que vimos hoy fue el intento de revancha de Marc para controlar la carrera e intentar de influir en el Mundial", aseguró.

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