Cerca de 650 policías de Chilpancingo y Chilapa, Guerrero, suspendieron labores de manera indefinida para exigir el pago de un bono de riesgo y la destitución de sus mandos militares, pues aseguran que son sometidos a abusos.

Además, los elementos de la Fuerza Estatal exigen se les permita ver a sus familias ya que llevan seis días sin que puedan salir francos.

Advirtieron que no regresarán a sus actividades hasta que no se atiendan sus demandas.

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