Un baño de arquitectura popular por Mogarraz, uno de los 'Pueblos más Bonitos de España, al sur de la provincia de Salamanca, dentro del 'Parque Natural de Las Batuecas y Sierra de Francia', catalogado como Reserva de la Biosfera. Este pueblo serrano, declarado Conjunto Histórico Artístico, conserva su fisonomía de villa medieval. Fue antigua judería, con apretadas calles y angostos pasadizos. Sus orígenes se remontan al siglo XI, cuando fue construido y repoblado por franceses, gascones y roselloneses. Vestigio de ello son los apellidos de sus gentes, que delatan un origen galo. Su arquitectura civil se ha podido conservar hasta nuestros días en un buen estado de conservación, a ello ha contribuido su aislamiento natural. Mogarraz, aunque era es conocido por su artesanía, especialmente por sus típicos trajes tradicionales, bordados y joyería, hoy es conocido sobre todo gracias a la originalísima decoración de sus casas que obligan a pasear por sus calles de modo pausado con la mirada hacia "arriba". Para contemplar los cientos de retratos exhibidos en las fachadas. Su autor, un pintor nacido en el pueblo, Florencio Maíllo. Plasma una historia que se remonta a mediados de los sesenta del siglo pasado cuando, en 1967, el fotógrafo local, Alejandro Martín, procedió a retratar a todos los vecinos adultos que quedaban en el pueblo (muchos habían tenido que emigrar para ganarse el pan); el motivo de hacerles una foto era para plasmarla en el DNI. Con ese archivo fotográfico, el artista Maíllo, durante cuatro años se dedicó a pintar sobre soporte de chapa los rostros de los 388 vecinos retratados por el fotógrafo local.
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