Cómo crear el sentimiento de merecimiento para recibir todo lo que deseas.
¿Te cuesta reconocer en ti lo valioso que eres?
¿Constantemente estás dando, pero te cuesta recibir y te cuestionas si haces lo suficiente?
El merecimiento es algo que de forma natural deberíamos estar trabajando, muchas de las cosas incluso nuestro estado de salud, nivel económico,las relaciones están determinadas por lo que creemos merecer. Hago énfasis en la palabra “creemos”, no es lo que mereces, sino lo que crees que mereces.
Lo más importante del merecimiento es que no es algo que realmente determina, es algo interno que se construye a partir de ciertas experiencias de vida. Cuando somos pequeños, muchas veces asumimos que las cosas difíciles que pasán son nuestra responsabilidad colocándola sobre nuestros hombros y a partir de ahí empezamos a vivir.
Uno de los momentos más importantes es cuando tu madre/ padre se enteraron de tu presencia en este mundo,sin saber si eras niña/ niño, ¿estaban felices, preocupados,no estabas en los planes?
Todo esto va a determinar algo importantísimo y es si te sientes bienvenido al mundo, ser esperado, aceptado, si sientes ese sentimiento vas a a sentirte merecedor de muchas cosas, sintiéndote con el derecho de estar aquí.
Si por el contrario no fuiste un embarazo planeado, tendrás esa sensación de esforzarte un poco más para ganarme el derecho de estar aquí y empiezas a ser más de la cuenta porque detrás de todo esto no hay un merecimiento completo de tu parte.
Cuando esto sucede es necesario hacer las paces y construyas un sentimiento genuino y autónomo de merecimiento.
De que otras maneras se aprende el merecimiento, se allí no solo se aprende el merecimiento si no todo en la vida y es a través del ejemplo, a veces, tenemos padres amorosos, dedicados, sacrificados que dan todo para sus hijos. El problema es que cuando esas madres nos dan todo y se olvidan de ellas, no nos están enseñando que ellas son importantes.
Así que en el momento en el que yo me encuentro siendo madre o en una relación voy a adquirir ese mismo comportamiento que es, me olvido de mi para ser una madre, para ser la mejor madre, es decir, que si tú vistes unos padres entregados, sacrificados, abnegados, seguramente te cuesta darte a ti el valor que ellos no supieron darse a ellos mismos.
Entonces cuando somos padres y queremos enseñarle a nuestros hijos ese se todo del merecimiento, de colocar limites lo hacemos poniendo nosotros nuestros límites y mostrándoles que yo también como madre merezco su apoyo, condescendencia,compasión porque así ellos van a poder hacerlo y pedírselo a otros.
Al reconocer todo esto nos damos cuenta que el concepto de merecimiento no solo depende de mis ideas como adulto sino también de muchos patrones que hemos visto en nuestro entorno.
Otra cosa muy importante es que socialmente, culturalmente se premia mucho la generosidad, pero no celebramos a esas personas que se respetan, se auto elogian y se felicitan así mismos. Eso viene de que los países latinoamericanos están construidos sobre una cultura judío cristiana, la que se trata de dar todo, sacrifícatelo, olvídate de ti, llevándonos a no sentirnos merecedores.
El merecimiento realmente es que no tengas que hacer nada para recibir lo bueno. Nos enseñaron que hay que forzarse mucho para lograr algo.
El merecimiento viene incluso de nuestro clan familiar y muchas veces nos cuesta hacer cambios en este aspecto de nuestra vida, nos cuesta observarnos se ríe la merecedores de todo y empezamos a esforzarnos y sacrificarnos mucho por los sueños que tenemos.
Quiero tengas una dinámica diaria donde vayas entrenando el músculo del merecimiento:
1. Consigue una alcancía de merecimiento, busca un recipiente que te guste.
Empieza a escribir todas las cosas por las cuales te sientes merecedor que vaya en pro de tus creencias. Todo aquello que te conecte con el sentimiento de merecimiento.
Recortamos y doblas e insertamos en la alcancía. Y el día que necesites retirar de tu alcancía, tengas la capacidad de meter tu mano, sacar un papelito al azar y recordarte una forma en la cual te sientas merecedor.
2. Si al quien te elogia no vas a devolver el elogio, solo di gracias, recíbelo, guárdalo, siéntete merecedor de ese elogio. Cuando logras algo es un momento muy importante, celébrate, este un regalo.
3. Compartiré contigo unas frases para aplicar diariamente:
“Soy maravilloso (a)”
“Soy suficiente”
“ Me merezco todo lo bueno que me sucede”
“Me merezco lo mejor y lo acepto”
“Soy fortuna y abundancia”
“Soy amor”
“El universo me da lo mejor y lo recibo con los brazos abiertos”
“ Me permito aceptar con apertura los elogios”
“Me merezco una vida próspera y feliz”
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