Las cuatro estaciones es el título de un libro de cuatro conciertos para violín y orquesta (La primavera, El verano, El otoño y El invierno) del compositor italiano Antonio Vivaldi, incluido en Il cimento dell'armonia e dell'inventione, Op. 8. Se trata de una obra descriptiva que evoca, a través de elementos de lenguaje musical, distintos aspectos de las estaciones del año.
Concerto n.º 1 en mi mayor, Op. 8, RV 269, "La primavera" (Primavera) Allegro Largo Allegro Pastorale
Concerto n.º 2 en sol menor, Op. 8, RV 315, "L'estate" (Verano) Allegro non molto Adagio e piano - Presto Presto e forte
Concerto n.º 3 en fa mayor, Op. 8, RV 293, "L'autunno" (Otoño)
Allegro Adagio molto Allegro
Concerto n.º 4 en fa menor, Op. 8, RV 297, "L'inverno" (Invierno) Allegro non molto Largo Allegro
Invierno (Concierto nº 4 en fa menor, RV. 297)
Primer movimiento: Allegro non molto
Este movimiento describe ingeniosamente los efectos del frío, el castañeo de los dientes y el temblor del cuerpo. De nuevo aparece la tempestad; para mitigar un poco el frío, los campesinos corren y patalean.
Segundo movimiento: Largo
Con una placentera y larga melodía del violín solista, evoca una tarde de lluvia disfrutando de esta al abrigo de la casa y al calor del fuego de la chimenea. La lluvia está evocada por los pizzicatos del violín primero y el violín segundo.
Tercer movimiento: Allegro
El movimiento en su inicio hace referencia al caminar lentamente sobre el hielo por miedo a caerse, el hielo comienza a agrietarse y todos ahora corren a refugiarse dentro de la casa; por las hendiduras de la puerta y de las ventanas se filtra el fuerte viento; pese a todo, el invierno nos deja grandes alegrías.
Antonio Lucio Vivaldi (Venecia, 4 de marzo de 1678 - Viena, 28 de julio de 1741), fue un compositor y músico del Barroco tardío. Se trata de una de las figuras más relevantes de la historia de la música. Su maestría se refleja en haber cimentado el género del concierto, el más importante de su época. Vivió los años de transición del siglo XVII al siglo XVIII, es decir, el final del llamado periodo barroco de la música.
En ese momento el legado histórico de la música europea era trascendental, pues había emergido de las primitivas formas del Medievo a la ejecución de varias melodías al mismo tiempo en la polifonía, estilo que diferenciaría a la música occidental de la del resto del mundo. Este género musical se desarrolló tanto en el ámbito religioso como en el profano.
En el concierto barroco son marcados los contrastes: en tempo (velocidad), la exposición temática en forma de eco y la lograda por la oposición de un instrumento en contra de toda una orquesta.
Este reciente estilo musical tendría que adherirse a uno de los conceptos de la estética aristotélica que dominaba en la época; la imitación de la naturaleza.
Antonio Vivaldi escribió cerca de 500 conciertos para diversos instrumentos, 220 de ellos dedicados al violín, instrumento del cual Antonio era un virtuoso.
Cuatro de estos conciertos, pertenecientes a Il cimento dell´armonia e dell´invenzione y reunidos en el Op. 8 (1725) escritos para violín solista, orquesta de cuerdas y clavecín, son los que se conocen con el nombre de Las cuatro estaciones.
En estos cuatro conciertos se encuentran ejemplificadas todas las características anteriormente descritas del concierto barroco. Se trata de obras musicales únicamente para ser escuchadas; bien definidos los contrastes de tiempo, pues cada concierto está dividido en tres partes: tempo rápido-lento-rápido; el elemento dinámico contrastante está cubierto por el efecto del eco; se tiene a un virtuoso solista que, acompañado solamente por el ''basso'' continuo, enfrenta a toda la orquesta y, por último, se cumple con la justificación artística de imitación de la naturaleza, buen pretexto para escribir una obra maestra.
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