El tratamiento más adecuado para combatir el colesterol sería modificar el estilo de vida, la alimentación o dieta seguida hasta el momento, incorporar actividad física diaria y todo esto acompañarlo de otras medidas o factores de riesgo cardiovascular como el tabaquismo, reducir el consumo de sal en caso de hipertensión y controlar el azúcar.

A nivel farmacológico se recomiendan los complementos farmacológicos de origen natural, los colesteroles vegetales, que consiguen rebajar un 5 o 10% los niveles de colesterol, disminuyen la succión intestinal del colesterol.

A nivel de estatinas, que han revolucionado el pronóstico de las enfermedades cardiovasculares, son fármacos muy potentes y eficaces para bajar el colesterol LDL. Aunque sí producen algunos efectos secundarios como mialgias y alteraciones de las pruebas hepáticas, aunque son un porcentaje bajo los pacientes que los sufren y acostumbran a ser transitorios y reversibles al suspender la medicación.

En los casos de niveles de colesterol altos y de forma severa se puede recurrir a otros fármacos innovadores.

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