Los nutrientes que necesitan las plantas se toman del aire y del suelo. En la producción agrícola, las raíces cumplen la función de absorción de nutrientes disponibles del suelo.
Un buen desarrollo radicular se traduce en mejor rendimiento y calidad de los cultivos. En consecuencia, a fin de obtener altos rendimientos, los fertilizantes son necesarios para proveer a los cultivos los nutrientes que el suelo no dispone.
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