Sobre las 20:30 del pasado martes, el subinspector de la Policía Nacional Daniel XX —fuera de servicio en ese momento— contemplaba junto a sus hijos desde la ventana de su casa cómo la arriada comenzaba a bajar con enorme fuerza por las calles Benetússer, una de las localidades al sur de Valencia más afectadas por la gota fría, que ha dejado un centenar de víctimas en la provincia.
La escena se volvió apocalíptica en cuestión de minutos: contenedores de una lado a otro de las aceras, vehículos flotando y un dique de agua que llegó hasta los dos metros. Desde su vivienda, observaron cómo de repente estallaron los cristales de un local de yoga, en el que se encontraba la dueña, una vecina de unos 45 años. Ahí, el agente, con poco margen para pensárselo —con la ayuda de su hijo de 18 años y otro vecino—, comenzó un rescate con el que acabarían salvando la vida de dos vecinas de este municipio de unos 15.000 habitantes en el que aún permanecen personas desparecidas.
Fuente: Policía Nacional
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