El Valencia volvía veinticinco días después a jugar y precisamente era en su casa, en Mestalla. Era un partido que, ya antes de jugar, se preveía difícil, y que el Valencia, como club, intentó que todavía fuera más conmovedor con todos los actos que impulsó.
La grandísima Senyera cedida por el Real Madrid inundó el césped de Mestalla gracias a voluntarios de muchos municipios de Valencia que habían ayudado a las labores de limpieza lideró el acto, pero el tifo, sobre el que se posó una pancarta gigante que ponía 'Amunt, Valencians', todavía hizo más especial el homenaje
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Este vídeo ha sido publicado en el contexto del diario Mundo Deportivo
