En una manifestación social en las calles de Medellín, ocurrió un hecho histórico que pocas veces puede observarse en las protestas colombianas: en lágrimas, un agente del ESMAD dio un abrazo a un manifestante. Él es muestra de cómo se puede dialogar y discutir primero antes que simplemente violentar. Las personas que se encontraban arengando en las calles, pedían, entre otras cosas, una reforma estructural en la institución coercitiva colombiana.
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