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Al menos tres pescadores chinos murieron por un incendio en su barco que provocaron las bengalas lanzadas en la sala de mando por los guardacostas de Corea del Sur cuando abordaron la nave ante la sospecha de que estaba pescando ilegalmente en sus aguas y quisieron detener a la tripulación.
El barco, de 102 toneladas, cuando se le dio el alto estaba en el Mar Amarillo a unos 170 kilómetros al suroeste de la ciudad costera de Mokpo, en el suroeste de Corea del Sur.
Los oficiales surcoreanos querían comprobar si el buque tenía el permiso correspondiente para pescar en aguas de la Zona Económica Especial (EEZ, por sus siglas en inglés) y si había respetado las cuotas de captura.
De acuerdo al relato de los marinos, el pesquero ignoró la advertencia y continuó navegando hasta que lo alcanzó la patrullera y lo abordaron 14 miembros de la guardia costera.
Además, los oficiales aseguraron que la tripulación china se encerró en la sala de máquinas y en la cabina de mando y que el incendio se inició después de que rompieron los cristales de esta última y arrojaron bengalas y bombas de sonido en el interior.
Los guardacostas lograron evacuar a 14 de los 17 miembros de la tripulación, pero encontraron a tres de ellos inconscientes en la sala de máquinas a los que poco después se declaró muertos.
Un miembro de la Guardia Costera surcoreana confirmó que el barco carecía de licencia para pescar y aclaró que la causa de la muerte de los pescadores aún no se determinó y que es probable que se les realice una autopsia, informó la agencia Yonhap citada por EFE.
Por su parte, funcionarios de la sección consular de la embajada china se hicieron presentes en el cuartel de la guardia costera en Mokpo para exigir una investigación a fondo.

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