El Kremlin reaccionó a la decisión de Estados Unidos de entregar bombas de racimo a Ucrania afirmando que Washington será "cómplice" de las muertes de civiles.
Ni Estados Unidos ni Rusia son firmantes de la Convención de Oslo, que prohibe el empleo de ese armamento cuyo uso es muy controvertido. Las cargas que dispersan esas bombas al caer pueden causar muchas bajas civiles colaterales.
La decisión fue muy "difícil", aseguró el presidente estadounidense Joe Biden.
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