En la 6ª jornada de la Liga 96/97, Deportivo y Rayo empatan en Riazor. Al final del partido, una moneda impacta contra el árbitro. El doctor del Depor, César Cobián, tras examinarle, declara que no aprecia ninguna lesión, ni marca, ni señal de esa agresión. Sin embargo, este hecho queda reflejado en el acta, y como consecuencia, hay una sanción al equipo: tendrá que jugar un partido como local fuera de Riazor.
El presidente Lendoiro decide recurrir la sanción en los tribunales ordinarios de justicia, pero la FIFA inmediatamente le recuerda que eso está prohibido y amenaza con más sanciones al club si mantiene su actitud.
En una asamblea extraordinaria celebrada en el Palacio de Deportes de Riazor, Lendoiro consulta a los socios sobre si debe mantener el caso en los tribunales ordinarios o no. Gana el sí por aclamación.
A pesar de todo ello, finalmente el Deportivo cumplirá la sanción, jugando contra el Atlético de Madrid en la jornada 24 en el estadio San Lázaro de Santiago de Compostela.
