El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, admitió que el proceso de paz con las FARC atraviesa "una tempestad" luego de los ataques mutuos que dejaron varias decenas de muertos, entre ellos dos negociadores de la guerrilla, en tanto los países garantes reclamaron un urgente alto el fuego bilateral para preservar el diálogo.
"Ahora que estamos pasando por una tempestad en el proceso de paz, que la guerrilla dijo que iba a terminar su cese al fuego unilateral, que espero que también sea pasajero, nosotros vamos a perseverar", dijo el mandatario anoche a las Fuerzas Armadas, a las que pidió que "no bajen la guardia" frente al accionar de las bandas criminales que amenazaron y extorsionaron a la población en distintas regiones del país.
En paralelo, Cuba y Noruega, designados garantes del diálogo de paz que se celebra dificultosamente en La Habana, instaron al gobierno colombiano y a las FARC a acordar un urgente alto el fuego bilateral y definitivo -rechazado una y otra vez por Santos- y mostraron extrema preocupación por el actual recrudecimiento del conflicto armado.
En la última semana, 40 miembros de las FARC murieron en tres operaciones militares en diferentes regiones de Colombia, entre ellos dos guerrilleros que formaron parte de la delegación de paz en Cuba y el máximo jefe del bloque noroccidental, Alfredo Alarcón Machado, alias Román Ruiz.
El primero de esos bombardeos, ejecutado el pasado jueves, causó la muerte de 27 guerrilleros, según el último dato oficial, y llevó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a suspender el cese del fuego unilateral e indefinido iniciado el pasado 20 de diciembre.
Santos dijo además que muchos golpes recibidos por las Fuerzas Armadas, como el de mediados de abril en el departamento del Cauca en el que murieron once miembros del Ejército, "han sido también producto de errores militares, de errores de procedimiento", debido a lo cual recomendó estar en alerta total ante eventuales nuevos ataques guerrilleros.
El gobernante pidió además a los militares continuar la ofensiva contra las bandas criminales que extorsionan en distintas regiones del país.
"Sé que esas bandas criminales tienen extorsionada a mucha gente, no bajen la guardia, tienen que seguir adelante en contra de ese crimen organizado", abundó en un mensaje a las fuerzas militares, y dijo también que se siguen haciendo planes nuevos para ser más efectivos en contra de la extorsión.
"De manera que les pido, señores coroneles, toda la ofensiva y todo el cuidado y toda la atención en estos momentos; la seguridad es la base del progreso, la seguridad es lo que garantiza que lo demás pueda funcionar, por eso ahí no podemos bajar la guardia", reiteró.
Por su parte, el cubano Rodolfo Benítez y el noruego Dag Nylandeer, hicieron en nombre de los países garantes un llamamiento a las partes "a que continúen sus esfuerzos para seguir avanzando en la discusión de las cuestiones pendientes, incluyendo la adopción de un acuerdo para el cese bilateral definitivo del fuego y las hostilidades".
En esa declaración, Cuba y Noruega expresaron su "profunda preocupación" por el recrudecimiento del conflicto colombiano y lamentaron la "pérdida de vidas humanas" en medio del proceso de paz, del que Chile y Venezuela son países acompañantes.
Según los garantes, el agravamiento del conflicto "pone en riesgo" las acciones prácticas que se han implementado para bajar la intensidad de la guerra, como el plan piloto de desminado puesto en marcha recientemente, y el "incremento de la confianza" entre las partes.
A su vez, señalaron que los avances logrados en la mesa de negociación, con acuerdos parciales en tres temas de la agenda, "deben ser preservados", ya que "nunca antes" los colombianos habían estado tan cerca de la paz.
El proceso de paz se vio resquebrajado después de que en la última semana murieran 40 guerrilleros en diferentes bombardeos del Ejército, entre ellos dos ex integrantes de la delegación de paz.
Uno de ellos fue Pedro Nel Daza Martínez, alias Jairo Martínez, quien según anunció la delegación de paz de la guerrilla en La Habana había integrado ese equipo y es uno de los 27 rebeldes muertos en el bombardeo del pasado jueves contra uno de sus campamentos en Guapi, en el departamento del Cauca.
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