Hoy que me doy cuenta que estoy viejo siendo joven,
que soy bueno pero muy mal perdedor.
Cada vez que veo que la noche es tan oscura,
ya no hay brillos y me falta tu motor.

Tanto que enterramos la ternura en linea recta
ya no quedan ni las huellas del amor.
Tanto los mediocres como los afortunados,
todos rien y te mandan al cajón.

Si ladran, Sancho, es porque ven que cabalgamos.
¡La paranoia ya los tiene hasta las manos!

Hoy no me siento, no me recuerdo,
vivo tratando de olvidar.
Todo es enfermo, todo violento,
paranoia gris y soledad.

Todo lo queda esta servido en esta mesa,
entre el olvido, entre el vino y el dolor.
Todo lo que pido en cada noche a cada estrella
es que mañana nos espere algo mejor.

Y ando como un ciego que no sabe de colores,
que no llora por traiciones ni por vos.
Ya no veo nada, no respiro tus olores,
le abro paso firme a la imaginación.

Si ladran, Sancho, es porque ven que cabalgamos.
¡La paranoia ya los tiene hasta las manos!

Hoy no me siento, no me recuerdo,
vivo tratando de olvidar.
Todo es enfermo, todo violento,
paranoia gris y soledad.

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