A la conclusión del partido entre Espanyol y Barcelona decenas de aficionados saltaron al césped del estadio RCDE Stadium con la intención de impedir la celebración de los jugadores azulgranas y agredirles. La sinrazón se convirtió en protagonista y se rozó la tragedia. Los jugadores blaugranas tuvieron que salir corriendo mientras que los radicales intentaban asaltar el túnel de vestuarios con violencia.

El Espanyol se apresuró a condenar lo sucedido a través de su Consejero Delegado Mao Ye y posteriormente a través de un comunicado en el que “lamentó los hechos aislados sucedidos al final del partido disputado en nuestro estadio. Como pericos, nos duele la derrota, pero nunca aceptaremos la violencia, por más residual que sea”. Además, aseguró que “usará todos los recursos a nuestra disposición para erradicarla, mostrando, como siempre, una total colaboración con las Fuerzas de Seguridad en lo que requieran”.

Imágenes: Atlas

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