1. ¿Qué es Lansoprazol y para qué se utiliza?
El principio activo es lansoprazol, un inhibidor de la bomba de protones. Los inhibidores de la bomba de protones disminuyen la cantidad de ácido que genera el estómago.
Su médico puede recetarle Lansoprazol para las indicaciones siguientes:
Tratamiento de la úlcera duodenal y gástrica.
Tratamiento de la inflamación del esófago (esofagitis por reflujo).
Prevención de la esofagitis por reflujo.
Tratamiento del ardor de estómago y la regurgitación ácida.
Tratamiento de infecciones causadas por la bacteria Helicobacter pylori, en combinación con antibióticos.
Tratamiento o prevención de la úlcera duodenal o gástrica en pacientes que requieren tratamiento continuo con antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) (el tratamiento con AINEs se utiliza para el dolor o la inflamación).
Tratamiento del síndrome de Zollinger-Ellison.
Puede que su médico le haya recetado Lansoprazol para otra indicación o a una dosis distinta de la indicada en este prospecto. Siga las instrucciones de su médico relativas a la toma del medicamento.
3. ¿Cómo tomar Lansoprazol?
Tómese la cápsula entera con un vaso de agua. Si tiene dificultades para tragar la cápsula, su médico le informará de otros modos alternativos para tomar el medicamento. No debe triturar ni masticar la cápsula o el contenido de una cápsula vaciada, puesto que ello hará que no actúe adecuadamente.
Si toma Lansoprazol una vez al día, intente tomarlo siempre a la misma hora. Puede obtener mejores resultados si toma Lansoprazol a primera hora de la mañana.
Si toma Lansoprazol dos veces al día, debe tomar la primera dosis por la mañana y la segunda por la noche.
La dosis de Lansoprazol depende de su estado general. En ocasiones, puede que su médico le recete una dosis diferente y le indique una duración distinta del tratamiento.
Tratamiento del ardor de estómago y la regurgitación ácida: una cápsula de 15 mg o 30 mg al día durante 4 semanas. Si los síntomas persisten, informe a su médico. Si los síntomas no mejoran al cabo de 4 semanas, consulte a su médico.
Tratamiento de la úlcera duodenal: una cápsula de 30 mg al día durante 2 semanas.
Tratamiento de la úlcera gástrica: una cápsula de 30 mg al día durante 4 semanas.
Tratamiento de la inflamación del esófago (esofagitis por reflujo): una cápsula de 30 mg al día durante 4 semanas.
Prevención a largo plazo de la esofagitis por reflujo: una cápsula de 15 mg al día; su médico puede ajustar la dosis a una cápsula de 30 mg al día.
Tratamiento de la infección por Helicobacter pylori: La dosis normal es de un cápsula de 30 mg junto con dos antibióticos distintos por la mañana y una cápsula de 30 mg junto con dos antibióticos distintos por la noche. El tratamiento, normalmente, será diario durante 7 días.
Las combinaciones de antibióticos recomendadas son las siguientes:
30 mg de Lansoprazol con 250-500 mg de claritromicina y 1.000 mg de amoxicilina.
30 mg de Lansoprazol con 250 mg de claritromicina y 400-500 mg de metronidazol.
Si usted recibe tratamiento antiinfeccioso debido a una úlcera, no es probable que la úlcera vuelva a aparecer si la infección se trata satisfactoriamente. Para obtener los mejores resultados de su medicamento, tómelo a la hora adecuada y no se olvide de ninguna toma.
Tratamiento de la úlcera duodenal o gástrica en pacientes que requieren un tratamiento continuo con AINEs: una cápsula de 30 mg al día durante 4 semanas.
Prevención de la úlcera duodenal o gástrica en pacientes que requieren un tratamiento continuo con AINEs: una cápsula de 15 mg al día; su médico puede ajustar la dosis a una cápsula de 30 mg al día.
Síndrome de Zollinger-Ellison: La dosis inicial normal es de dos cápsulas de 30 mg al día; posteriormente, en función de su respuesta al tratamiento con Lansoprazol, el médico decidirá la mejor dosis para usted.
Lansoprazol no debe administrarse a niños.
4. Posibles efectos adversos:
Al igual que todos los medicamentos, Lansoprazol puede producir efectos adversos, aunque no todas las personas los sufran.
Los siguientes efectos adversos son frecuentes (se producen en más de 1 de cada 100 pacientes):
dolor de cabeza, mareo.
diarrea, estreñimiento, dolor de estómago, náuseas y vómitos, flatulencia.
sequedad o dolor de boca o garganta, pólipos benignos en el estómago.
erupción cutánea, picor.
cambios en los valores de las pruebas de función hepática.
cansancio.
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