Hay cosas que no debemos decir, expresiones erróneas e información y desinformación peligrosa. Pero suprimir estas expresiones no es la solución. Una alternativa más eficaz es desmontar estas expresiones (si son erróneas o peligrosas) y otra también más eficaz es llamar la atención a aquel que insulte, ofenda, humille, etc... (cosas que no debemos decir).
La censura debe ser el último recurso al que recurramos, y solo deberíamos usarla en casos muy específicos y que pueden ser potencialmente destructivos (como por ejemplo censurar discursos de odio nazis o de talibanes o para proteger la privacidad de una persona, solo en estos casos el reprimir esa libertad puede llegar a ser justificable para evitar males increíblemente peores).
De cualquier forma, este es un debate amplio y no está claro donde exactamente están los límites de la expresión. Pero creo que podemos estar de acuerdo en que es mejor buscar otros medios para combatir expresiones incorrectas en vez de la censura.
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