Muchas son las ideas preconcebidas que podemos traer al llegar a Escocia con intención de descubrir este país. Que los hombres llevan falda, que hay lagos con monstruos dentro y que llueve mucho. Pero no es común tener una imagen preestablecida de la típica mujer escocesa.
En la tradición popular, las mujeres escocesas han tendido a ser representadas como uno de los tres siguientes estereotipos:
La pelirroja seductora que lleva una versión provocativa, pero muy poco realista, del traje tradicional.
La chica tímida y soñadora con una belleza natural en un paraje salvaje y romántico.
La matriarca de fuerte carácter, trabajadora y sin pelos en la lengua.
Se supone que una gran cantidad de pelirrojos residen aquí, en torno al 13 % de la población escocesa tiene el pelo rojo, frente al 2 % que registra la población mundial.
Pero lo que nosotros estamos percibiendo es que, al menos en las calles de Edimburgo, ese porcentaje es realmente menor. Probablemente se deba a las últimas corrientes migratorias y a la gran cantidad de turistas.
Además de robustas y deshinibidas, características que saltan a simple vista al caminar por las calles, las escocesas son las que más ojos azules presentan en Gran Bretaña. Un nuevo e importante estudio del ADN de las Islas Británicas ha encontrado el nivel más alto del gen que provoca el color del iris claro, en Edimburgo.
En cuanto a la forma de ser, lo primero a tener en cuenta es que las escocesas raramente dicen lo que piensan directamente. Esto puede parecer raro, pero no les gusta que les digan las cosas directas y sin paños calientes.
Prefieren dar varios rodeos y decir las cosas con extrema cautela para que no se les tache de mal educadas. Eso mismo esperan de nosotros cuando nos dirijimos a ellas. Si somos muy bruscos diciéndoles lo que pensamos, se pueden ofender.
Son por ello profundamente reticentes y propensas a la cautela, frenadas por un miedo muy arraigado. Pero a su vez son amables, justas y éticas, aunque ahorradoras, adustas y frecuentemente amargadas. Toda una personalidad compleja.
Lo cierto es que una vez aquí lo que percibimos no encaja puramente en los estereotipos mencionados, en su lugar lo que encontramos es una diversidad realmente dominante sobre cualquier parámetro, ya sea físico estético, actitudinal o de carácter. Hay escocesas para todos los gustos.
En la historia no son muchos los nombres de mujeres escocesas que se hayan destacado. Quizas el nombre más internacional sea el de Maria Estuardo. María I fue reina de Escocia del 14 de diciembre de 1542 al 24 de julio de 1567. Única hija legítima de Jacobo V, con seis días de edad sucedió a su padre en el trono escocés. Pasó la mayor parte de su infancia en Francia, mientras Escocia era gobernada por regentes.
Tres veces viuda, fue perseguida, pasó prisionera 18 años, y fue condenada a muerte por conspirar contra la vida de la reina de Inglaterra y contra la seguridad del reino, el 15 de octubre de 1586, antes de cumplir los 45 años.
En nuestra época los nombres más populares son los de las cantantes Sheena Easton y Annie Lennox. Para la mayor parte de la gente que habita otras geografías, inglesas y escocesas no son tan fáciles de diferenciar y estos nombres podrían ser de cualquier parte del Reino Unido, pero eso para ellas es poco menos que una ofensa.
Las hijas de Escocia merecen ser conocidas por sus particularidades más que por las similitudes con sus vecinas.
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🔎 Soy Gustavo Llusá, argentino, después de viajar durante varios años por más de 60 países me establecí en Letonia donde me casé y aprendí a conocer otra forma de vida, del otro lado del mapa.
#DelOtroLadoDelMapa
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