Miedo a hacer el ridículo:
Decimos que hay personas con un alto sentido del ridículo, es decir, que están muy pendientes y preocupadas por no hacer algo inconveniente en presencia de los demás. Si ellos o alguna persona que les acompaña realizan alguna inconveniencia social o alguna extravagancia, piensan que se han expuesto al ridículo público y que, por tanto, resultan molestos, fuera de lugar, y pueden ser sometidos a la burla o al desprecio de las personas presentes mientras «hacían el ridículo». Este tipo de situaciones les generan una gran ansiedad, temor y vergüenza.
El temor a hacer el ridículo es algo que se mantiene de forma más o menos presente y que se acentúa durante los momentos previos a una reunión social o un acto en el que estas personas piensen que van a estar sometidas a la observación de otras con las que no tienen suficiente confianza: una conferencia, un examen oral, una recepción, una boda, etc., pueden ser situaciones en las que se teme hacer el ridículo, especialmente si tienen algo de novedad, ya que entonces estas personas se encuentran incapaces de prever lo que puede suceder y no se pueden tranquilizar pensando que anteriormente ya salieron airosos de situaciones similares.
Un exagerado miedo a hacer el ridículo dificulta la progresiva expansión de la persona y puede ocasionar diversos trastornos por ansiedad, especialmente fobias sociales. En otros casos, un exagerado sentido del ridículo no es más que un síntoma de un trastorno de la personalidad. Por el contrario, la falta absoluta del sentido del ridículo es propia de una personalidad psicopática, asocial, en la que existe un exagerado desprecio por las normas sociales y una falta de respeto por los demás.
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