La ciudad de Dios Libro Segundo, San Agustín de Hipona.
Del método que se ha de observar al exponer este tratado…
Si el pervertido y estragado corazón del hombre no se atreviera comúnmente a oponerse a la razón y a la verdad sólida y evidente, sino que sujetara su enferma ignorancia a la doctrina sana, como a medicina, hasta que con los auxilios. de Dios, y mediante la fe de la religión y de una piedad edificante recobrara la salud, no tendrían necesidad de emplear muchas razones los que sienten bien y declaran lo que entienden con palabras convenientes para, convencer y destruir cualquier error de los que opinan vanamente lo contrario.
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