En un nuevo capítulo de escándalos políticos bajo el gobierno de Gustavo Petro, la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, y su familia están en el ojo del huracán. La reciente revelación de que su nuera, Luisa Fernanda Roballo Ortiz, trabaja en el mismo ministerio ha encendido una ola de críticas y sospechas de nepotismo y conflicto de interés.
Según información publicada por Semana, Diego Alejandro Restrepo Ramírez, hijo de la ministra, y Luisa Fernanda Roballo Ortiz han sido fotografiados en actitud muy cercana en un centro comercial, lo que ha intensificado las preocupaciones sobre el favoritismo en el Ministerio del Trabajo. Roballo Ortiz, que también es pareja de Restrepo, ha sido contratada para diversos cargos en el ministerio y en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, con salarios que han generado gran descontento entre los empleados.
Restrepo Ramírez, un abogado con un currículum impresionante, ha visto su carrera florecer bajo la administración de su madre. Desde abril de 2023, ha ocupado cargos relevantes en diferentes entidades gubernamentales, con su salario alcanzando cifras significativas. La relación cercana entre él y Roballo Ortiz, así como su acceso a contratos de alto valor, han levantado serias dudas sobre la ética y la transparencia en la administración pública.
Las denuncias han llegado a la Procuraduría General de la Nación, sugiriendo que no solo Roballo Ortiz, sino también la asesora Ángela María Orozco Cardona, podría tener vínculos sentimentales con el hijo de la ministra, lo que complicaría aún más la situación. La falta de respuestas oficiales por parte de la ministra Ramírez, su hijo y otros involucrados ha incrementado la desconfianza pública y el ambiente de tensión dentro del ministerio.
Este escándalo no solo afecta la percepción pública de la ministra y su familia, sino que también pone en cuestión la promesa de transparencia y justicia de la administración de Gustavo Petro. Mientras los sindicatos y empleados del Ministerio del Trabajo claman por respuestas y temen represalias, la administración de Petro se enfrenta a otro desafío significativo en su búsqueda de legitimidad y credibilidad.
