La mitad de la producción nacional de champiñón tiene su origen en Castilla-La Mancha y, más en concreto, en La Manchuela, entre Cuenca y Albacete. Lo que hace décadas era un complemento de renta para el agricultor es hoy una potente industria de transformación y servicios auxiliares. Detrás de estos cambios está el Centro de Investigación, Experimentación y Servicios de Quintanar del Rey, un laboratorio público que estos días cumple treinta años.
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