La tos en sí misma no suele ser peligrosa, ya que es una forma natural que tiene el cuerpo de despejar las vías respiratorias y eliminar cualquier sustancia extraña o exceso de mucosidad. Sin embargo, la tos persistente o crónica puede ser un síntoma de una afección subyacente que requiere tratamiento, como asma, bronquitis crónica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o cáncer de pulmón.
Además, la tos puede ser peligrosa si se acompaña de otros síntomas preocupantes, como dolor en el pecho, dificultad para respirar, fiebre alta o tos con sangre. En estos casos, es importante buscar atención médica de inmediato, ya que podrían indicar una afección grave como neumonía, tuberculosis o embolia pulmonar.
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