El financiamiento a los pequeños agricultores empieza a partir de 1993 con la incursión del Banco Agrario, posteriormente aparecieron las cajas municipales. Por aquel entonces se preparaba la "tecnología crediticia". Se tuvo que acabar con el mito de que el pequeño productor no pagaba, un mito que imperaba a raíz de las políticas de Estado de aquellas épocas de subsidios y condonación de deudas. Las Cajas Municipales tomaron ese reto y salieron adelante, los pequeños agricultores demostraban su disciplina y responsabilidad.
Desde entonces la banca que ofrece créditos a este sector ha crecido. Hay créditos para capital de trabajo, es decir sostenibilidad en el corto plazo o capital de inversión, mejora del predio, y también para comercialización, es decir financiamiento para que pueda colocar en el mercado sus productos.
Alfredo León , de Caja Sullana, expuso en Agro Fest y señaló que entre los Retos de la inclusión financiera, esa el incluir a mas de dos millones de microproductores. De ellos solo 800 mil tienen acceso al crédito , la diferencia aún está por concretarse.
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