El Plan de eficiencia energética del Gobierno valió para evidenciar una vez más algo inaudito en nuestra política: el afán por enredar. El rollo es que tenemos que ahorrar un 7% de energía frente al 15% del resto de la UE, por aquello del problema previsible de corte del gas ruso. En países con Alemania, las recomendaciones y obligaciones han llegado a los coles por ejemplo. En España, se ha optado por establecer unas obligaciones que en materia de ahorro energético en el que las empresas consultadas, según fuentes del Ejecutivo, estaban de acuerdo en tanto en cuanto, quieren un ahorro.

Algunas voces se han apresurado a quejarse por la falta de acuerdo con las CCAA. Según la ministra de Transición Ecológica se habló con ellas en las Comisiones Autonómicas de Energía y mostraron su apoyo... Pero, ¿qué rédito político se puede sacar cuando hay apoyo? Ninguno. Con lo cual, hay que agitar el avispero y buscar la foto como sea.

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