La alegría de la maternidad de la protagonista de la película se ve ensombrecida por la tragedia: su hijo recién nacido está gravemente enfermo y necesita una operación urgente y costosa. Un alto cargo, Kirill, con quien Varya tuvo una dolorosa historia de amor durante muchos años, se niega a reconocer su paternidad y a ayudar a salvar la vida del niño. Varya se enfrenta a una difícil decisión: renunciar a su hijo y darlo en adopción a la familia de su amante adinerado, donde el niño podría recibir el tratamiento necesario, o intentar luchar sola hasta el final. Pero ni siquiera el médico del hospital de maternidad Yaroslav, su único apoyo, puede garantizar que el niño sobreviva.
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