COMPAÑERO PRESIDENTE: CUANDO EL FUTURO DE CHILE ERA EL SUEÑO DE ALLENDE
Compañero Presidente es el registro de una extensa conversación que tuvo el filósofo y escritor francés Regis Debray con Salvador Allende, después de que éste asume la presidencia de Chile por la Unidad Popular en una narración en la que se insertan fragmentos de lo que Miguel Littin, su realizador, llama la voz de la historia
El Allende que muestra el documental es alguien que no teme a las definiciones, a decir lo que piensa, a enfrentar las consecuencias de sus actos, todos valores ajenos a nuestra farandulera política actual. En el documental, el primer mandatario explica las bases de su concepto de revolución, de su programa político, del profundo proceso de reformas encarado por su gobierno.
Lo primero que llama la atención es el valor de esta entrevista como documento. Y es que cuando el ser humano ha sido recubierto de historia resulta muy difícil encontrarlo, perdido en la maraña de significados y alegorías. En Compañero Presidente no tenemos al Allende que mira al horizonte poblado en actitud discursiva, acá no lo vemos con la mirada perdida en el porvenir, y acaso pensó poco en la trascendencia de sus palabras. Acá lo tenemos en el gesto íntimo de una conversación casi informal con su amigo Debray, recién liberado de la cárcel boliviana, en donde había estado desde la muerte del Che.
Lo curioso resulta justamente del valor de sus ideas, que adquieren un tinte profético, un peso específico que va definiendo a la luz de la tragedia posterior. El Allende íntimo no tiene pasta de mártir, sino más bien de idealista. Es un tipo que no teme a las definiciones, a decir lo que piensa, a enfrentar las consecuencias de sus actos, todos valores ajenos a nuestra farandulera política actual.
Compañero Presidente recorre un ideario político en un momento clave del Gobierno de la UP. Con el poder apenas en sus manos, Allende responde a los cuestionamientos de la izquierda marxista, que desconfiaba del proceso democrático chileno, exponiendo un camino particular hacia el gobierno del pueblo que no termina de convencer a los partidarios de la dialéctica revolucionaria. El Presidente habla con Debray, pero lo hace también consigo mismo, plasmando en su voz la visión de un país transformado a su manera, en democracia y en paz.
Los diálogos de Compañero Presidente son extremadamente valiosos, porque otorgan fuerza vital al personaje histórico, más allá de la figura de una camiseta, o de la leyenda de un eslogan partidista. Cada palabra destila una convicción moral inusual y esa visión sobre la política que desconcertó a gran parte de sus contemporáneos.
También se intuye esa imposición del deber personal, intransigente y consecuente que lo llevó a quedarse en La Moneda hasta el final. El gran valor de este documental está en su contenido biográfico. Compañero Presidente expone a un Allende inusual para un mundo simplificado, desgranando con honestidad al político, al idealista y al demócrata.
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