En 1992, a Pepsi se le ocurrió una gran idea para ganarle terreno a Coca-Cola en Filipinas: realizar un concurso prometiendo hacer millonaria a una persona.
El concurso fue lanzado indicando que, antes de entregar el premio mayor, se podían obtener premios que iban desde los $1.000 pesos filipinos. Esto aumentó las ventas de Pepsi un 40%.
Cuando llegó la etapa final del concurso, se anunció que el ganador sería quien encontrara la tapa con el número 349.
Todo iba perfecto, sin embargo, un error convertiría la campaña en un rotundo fracaso.
En lugar de imprimir una sola vez el 349, éste fue impreso en 800 mil tapas.
Miles de filipinos salieron emocionados por haber encontrado el número ganador. Pepsi, al no poder pagarle a todos, intentó salvar la situación diciendo que las tapas no tenían el código de seguridad correcto, pero la gente enfurecida reaccionó atacando sus fábricas y camiones.
El saldo final para Pepsi fue: millones en pérdidas, miles de demandas y una marca desprestigiada.
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