Además de la aplicación de la celulosa en las paredes por el exterior, la actuacion requirió un segundo día de trabajo en esta casa a cuatro vientos en Segur de Calafell para aislar también el tejado o cubierta tipo conejera. Un elemento que permite unos espesores espectaculares, una manta de celulosa que protege la vivienda contra el calor, el frío y el ruido entre otras ventajas.
En un solo día, sin apenas obra, protección contra el calor, el frío y el ruido gracias a las propiedades de la celulosa, un material aislante natural y sostenible, que además no propaga llama y actúa como repelente para insectos gracias a las sales bóricas que se utilizan durante su producción.
Aislar es invertir, no gastar. La mejora del aislamiento térmico de una vivienda devuelve con creces lo invertido en términos no sólo de ahorro económico, también en confort y salud gracias a la generación de ambientes más saludables (capacidad para regular la humedad ambiental) que funcionan todo el año y para siempre.
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