DESPUÉS de la muerte del rey Jeroboán, cada rey que gobierna el reino norteño de 10 tribus de Israel es malo. El peor es el rey Acab. ¿Sabes por qué? Una gran razón es su esposa, la inicua reina Jezabel.
Jezabel no es israelita.
Jezabel no es israelita. Es hija del rey de Sidón. Adora al dios falso Baal, y hace que Acab y muchos israelitas adoren a Baal también. Jezabel odia a Jehová y mata a muchos de sus profetas. Otros tienen que esconderse en cuevas para que no los maten. Si Jezabel quiere algo, hasta mata a alguien para conseguir lo que desea.
Un día el rey Acab está muy triste. Así que Jezabel le pregunta: ‘¿Por qué estás triste hoy?’
‘Por lo que Nabot me dijo,’ contesta Acab. ‘Yo quería comprarle su viña. Pero él me dijo que no podía tenerla.’
‘Espera,’ dice Jezabel. ‘Yo te la conseguiré.’
Así que Jezabel escribe cartas a hombres principales de la ciudad donde vive Nabot. ‘Hagan que unos hombres que no sirven para nada digan que Nabot ha maldecido a Dios y al rey,’ dice. ‘Y sáquenlo de la ciudad y mátenlo a pedradas.’
Tan pronto como Jezabel sabe que Nabot está muerto, le dice a Acab: ‘Ahora ve y toma su viña.’ ¿No es verdad que Jezabel debería ser castigada por una cosa tan terrible?
Por eso, con el tiempo Jehová envía al hombre Jehú para castigarla. Cuando Jezabel oye que Jehú viene, se pinta los ojos y trata de parecer bonita. Pero cuando Jehú viene y la ve en la ventana, dice a los hombres del palacio: ‘¡Échenla abajo!’ Ellos obedecen, como ves en la lámina. La echan abajo, y ella muere. De esa manera termina la inicua reina Jezabel.
1 Reyes 16:29-33; 18:1-4; 21:1-16; 2 Reyes 9:30-37.
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