Esta palabra que a algunas personas le resulta muy rara, pues no se utiliza en el vocabulario común y, además, se puede confundir con la palabra "espiar", la que tiene un significado muy diferente, aparece apenas tres veces en el Nuevo Testamento, pero lo que ella implica si se encuentra diseminado en toda la Escritura.
Expiar es sufrir un castigo por haber cometido una falta, delito o culpa. Así, la "expiación" es la eliminación de la culpa o pecado a través de un tercero. Cuando en nuestra sociedad alguien comete un delito grave, es juzgado y luego condenado a cierta pena en la cárcel. Se dice que el reo está pagando una culpa o expiando su culpa. En el caso de los cristianos merecíamos la muerte por nuestros numerosos pecados y vino Jesucristo y Él pagó el precio de nuestros pecados, Él asumió la culpa y murió por nosotros en la cruz. O sea que Jesucristo expió nuestros pecados; Él es nuestra expiación.
El concepto "expiación" aparece numerosas veces en el Antiguo Testamento, en la Ley de Moisés. Por ejemplo: " 5 Cuando pecare en alguna de estas cosas, confesará aquello en que pecó, / 6 y para su expiación traerá a Jehová por su pecado que cometió, una hembra de los rebaños, una cordera o una cabra como ofrenda de expiación; y el sacerdote le hará expiación por su pecado." (Levítico 5:5,6) Los antiguos hebreos expiaban sus culpas a través del sacrificio de un animal. Éste era un símil del Cristo que habría de pagar el precio del pecado de toda la Humanidad.
Expiación también es sinónimo de purificación: "Por siete días harán expiación por el altar, y lo limpiarán, y así lo consagrarán." (Ezequiel 43:26) Cuando un objeto o lugar considerado sagrado es vandalizado o profanado, requiere ser "expiado", limpiado, purificado. Como los judíos purificaban el altar, así Jesucristo limpió nuestros corazones de pecado para hacerlos altar de Su Presencia.
El profeta Isaías también se refiere a la expiación que realizó Jesucristo: "Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada." (Isaías 53:10)
Cristo vino a expiar los pecados del pueblo. He aquí las oportunidades que se lee la palabra "expiación" en el Nuevo Testamento, las tres en el libro dirigido a los Hebreos:
- "17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. / 18 Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados." (Hebreos 2:17,18)
- " 5 Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste;
Mas me preparaste cuerpo. / 6 Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. / 7 Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí." (Hebreos 10:5-7)
- "8 Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), / 9 y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último." (Hebreos 10:8,9)
Como pecadores, todos los seres humanos necesitamos la expiación de nuerstras culpas. Nosotros no podemos pagar el alto precio de nuestros pecados, porque somos imperfectos pero Jesucristo, que es Santo y sin culpa, sí puede hacerlo. De hecho, murió en la cruz para expiar nuestras culpas y limpiarnos de toda maldad:
"quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados." (1 Pedro 2:24)
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