El Gobierno de Marruecos considera que "las circunstancias requieren una revaluación del conjunto de sus relaciones con España en todos los ámbitos", según anunciaba el ministro marroquí de Comunicación y portavoz, Jalid Naciri. La reacción del Ejecutivo de Rabat llegaba después de que el Parlamento español instara al Gobierno de España a la condena de "los incidentes violentos" ocurridos durante el desmantelamiento del campamento saharaui de Gdaim Izik en El Aaiún, en el Sahara Occidental. Pese a todo, el Ministerio de Asuntos Exteriores español ofrecía diálogo y reiteraba en una comunicado su voluntad de mantener "las mejores relaciones posibles" con Marruecos.
La reacción del Ejecutivo de Rabat llega después de que el Parlamento español haya pidiera al Gobierno de España que condene "los incidentes violentos" ocurridos durante el desmantelamiento el mes pasado del campamento de protesta saharaui de Gdaim Izik en El Aaiún, en el Sahara Occidental.
En su rueda de prensa semanal tras el Consejo de Gobierno, Naciri aseguró que la moción aprobada por el Congreso de los Diputados español "se caracteriza por su hostilidad hacia Marruecos" y "contiene expresiones antimarroquíes que son inaceptables".
Según el portavoz, los partidos españoles que han votado a favor de la resolución están movidos por "viejos complejos hacia Marruecos" y utilizan las diferencias con el reino alauí para sacar rédito electoral.
"Las fuerzas políticas españolas ponen una vez más a Marruecos en el corazón de la lucha política interna, dentro de una carrera electoral desenfrenada a fin de desviar la atención de la opinión pública española de la profunda crisis económica", subrayó el portavoz.
Asimismo, Rabat lamenta que las Cortes españolas hayan "preferido condenar a Marruecos en lugar de felicitar a las autoridades por la cordura y la responsabilidad que demostraron en los últimos incidentes de El Aaiún, que no provocaron ninguna muerte entre civiles".
Los violentos disturbios de El Aaiún se desencadenaron tras el desmantelamiento del campo saharaui de protesta de Gdaim Izik, a unos 18 kilómetros de la ciudad, y se saldaron con la muerte de once agentes de las fuerzas de seguridad marroquíes, según la versión oficial.
Marruecos reconoce las muertes de dos civiles vinculadas con estos sucesos, pero matiza que una de ellas fue producida por un atropello involuntario y otra por un fallo respiratorio de un herido en el hospital.
El Gobierno español señaló este jueves que su deseo es mantener, "desde el respeto a las instituciones de cada país", las "mejores relaciones posibles" con las autoridades marroquíes, horas después de que Rabat anunciase una "reevaluación" de estos contactos bilaterales tras la resolución del Congreso contraria a la actuación de Marruecos en el Sáhara Occidental. El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España manifestaba, en un comunicado, que el Ejecutivo "mantiene todos los canales de comunicación abiertos con el Gobierno de Marruecos para la gestión de los diversos asuntos de interés común".
DECLARACION DEL CONGRESO
Previamente, el Pleno del Congreso de los Diputados había aprobado por unanimidad una declaración de condena de los incidentes en la que se anima a "profundizar" en las relaciones con el Frente Polisario y al mismo tiempo señala a Marruecos por las violaciones de derechos humanos y por su negativa a permitir la entrada de periodistas.
El debate sobre el Sáhara tiene su origen en una interpelación que IU-ICV dirigió al Gobierno y que motivó una propuesta de "máximos" que el PSOE no podía asumir, pues denunciaba expresamente la "represión por parte del Reino de Marruecos" y una "violación sistemática" de los derechos humanos en los "territorios ocupados" del Sáhara, a la vez que se animaba a reconocer la República Arabe Saharaui Democrática (RASD) y a apostar por un referéndum para la independencia del Sáhara, entre otras cuestiones.
Frente a esto, el PSOE ofreció la resolución aprobada por el Parlamento Europeo, pero IU-ICV ya avisó de que le parecía insuficiente, por lo que amagó con votar su texto punto por punto para que salieran adelante algunos de ellos y especialmente, aunque fuera sin el Grupo Socialista, el relativo a la condena de la represión marroquí. En ese contexto, el PSOE presentó el martes una redacción que iba más allá de lo aprobado en la Eurocámara pues, si bien recogía la condena de los incidentes violentos derivados del desalojo de un campo de protesta saharaui, añadía otros puntos acercándose al Frente Polisario y poniendo en cuestión la actuación de Marruecos.
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