[ Ссылка ] Denuncian que cobran menos, que trabajan en peores condiciones, y que muchas empresas en Bélgica encuentran en estos trabajadores el modo de seguir siendo rentables.
"La tarifa de los conductores de los países del Este es de cincuenta céntimos de euro por kilómetro, esto es terrible, nosotros no podemos trabajar con estos precios, el mínimo tiene que ser de dos euros por kilómetro", explica el sindicalista, Dirk Segers.
La protesta, que en forma de marcha lenta ha congregado a centenares de camioneros belgas, ha provocado retenciones en varias autopistas. Los sindicatos del sector han llevado sus quejas hasta las calles de Bruselas.
"Desde el mes de enero creo —dice Segers— que en Bélgica aproximadamente un centenar de empresas se han declarado en bancarrota, por esta razón, están reventando el mercado, es terrible".
Según las organizaciones sindicales, el fenómeno del bajo coste en el transporte de mercancías por carretera europeo no es nuevo.
Desde hace años, algunas empresas belgas crean filiales en Polonia, Eslovaquia, Rumanía o Bulgaría y contratan a trabajadores de estos países para las rutas internacionales.
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