La mirada en el Bajo Flores, pero con el corazón en Bahía Blanca. Boca gritó campeón y fue un desahogo. El equipo de Guillermo Barros Schelotto celebró como nunca en una noche diferente, en la antesala del juego de mañana con Olimpo. Es que el 1 a 0 de San Lorenzo ante Banfield le dio la corona doméstica número 32 al conjunto de la Ribera, que tuvo un camino muy duro durante este certamen.
El conjunto del Sur no pudo con el Ciclón y así se acabó la espera para los xeneizes. Las últimas goleadas sobre Independiente (3-0) y Aldosivi (4-0), resultaron la cuota exacta para poder disfrutar de esta alegría dos fechas antes del final del certamen. Un lujo poco usual y que parecía que este plantel no iba a poder disfrutar cuando River le descontó 11 puntos de diferencia y cuando Banfield parecía dispuesto a mantenerle el ritmo hasta el final del campeonato.
El conjunto de los Mellizos Barros Schelotto coronaron una campaña de altísima exigencia. Porque tomaron la punta del certamen en la fecha 13, tras vencer a River en el Monumental por 4-2, el 11 de diciembre de 2016, y desde allí se mantuvieron siempre en el escalón más alto y en soledad. Anoche, tras el partido en el Bajo Flores, se ahuyentaron los fantasmas de la Ribera y Boca volvió a gritar campeón después de dos años, ya que su último título había sido en 2015, casualmente el primer campeonato de 30 fecha, de la mano de Rodolfo Arruabarrena.
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