Las recientes lluvias han provocado que el caudal del río Rímac alcance niveles preocupantes, representando una vez más un grave peligro para los habitantes de Chosica y Chaclacayo. Actualmente, el río registra un volumen de hasta 60 metros cúbicos por segundo, superando ampliamente el caudal habitual. Las precipitaciones también han generado la posibilidad de que se activen cerca de 22 quebradas en Lima Este, entre ellas, la quebrada Huascarán en Chaclacayo.
Vecinos de Huascarán denuncian la falta de acción de las autoridades frente a esta amenaza latente. Aunque la municipalidad de Chaclacayo ha distribuido sacos para prevenir que el lodo ingrese a las viviendas, aseguran que la Autoridad Nacional del Agua (ANA) no ha cumplido con instalar los diques prometidos. “Estamos prácticamente abandonados por las autoridades”, declaró un residente, visiblemente preocupado.
En Chosica, áreas como Baja California, ubicadas al borde del río Rímac y el paso del tren, también enfrentan un panorama desalentador. Según el alcalde de Chosica, unas 1,800 viviendas se encuentran en zonas de alto riesgo desde 2019, sin que el gobierno haya implementado medidas para reubicar a las familias. “La situación es complicada; la población sigue viviendo muy cerca del río y las quebradas”, advirtió.
GRAN PREOCUPACIÓN
Puntos críticos como el puente Caracol generan aún más preocupación, ya que su deteriorada estructura podría no soportar la crecida del río. “La base del puente está bastante dañada, y el agua casi llega al tope”, comentó una vecina de la zona. Las lluvias actuales parecen ser solo el preludio de una tragedia mayor, una amenaza que, pese a experiencias pasadas, no ha logrado despertar respuestas efectivas de las autoridades.
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