Imágenes raras de la fabricación de televisores en la gran fábrica china de Hisense. Montaje de paneles LCD (LED), diseño de placa base, pruebas de producción, pruebas de longevidad, etc.

Durante un tratamiento de choque que no debe ser interrumpido. Diez pantallas se someten a una prueba de dureza en una cámara herméticamente cerrada: Dentro de una caja grande, la temperatura se eleva a 44 grados, y la humedad es un impresionante 66 por ciento. Durante cinco días, se comprueba la estabilidad de los componentes eléctricos del televisor antes de embalarlos en cajas de cartón y enviarlos al comercio minorista para su venta.

Hisense no hace concesiones, y con razón: la empresa china, conocida por sus electrodomésticos, fundada en 1969 en Qingdao, un balneario del este de China, también ha sido la cuarta mayor productora de televisores desde 2015, ahora incluso por delante de su rival japonés Sony.

Con diez fábricas en el país, Hisense se ha convertido en un verdadero gigante. La fábrica más grande, situada en las afueras de Qingdao, produce alrededor de 20 millones de televisores al año. Sólo aquí, un ejército de 20.000 obreros se encuentra en las líneas de montaje. Un total de 75.000 empleados trabajan para el emperador de la televisión china.

Hisense quiere conquistar el mercado mundial
En su propio país, la empresa estatal -sólo dos de sus filiales cotizan en bolsa- ya había asumido hace 13 años el liderazgo del mercado. Pero eso no es suficiente para Hisense. Al igual que sus competidores nacionales Midea y Changhong, la empresa también quiere establecerse internacionalmente. El mercado en China es enorme, pero la buena reputación se gana en el mercado mundial.

"Hisense es una marca china. Pero nuestro objetivo es convertirla en una marca internacional, y ese es un proceso largo", dice el vicepresidente Lan Lin en una de sus raras entrevistas en Qingdao. La ciudad también es famosa por su cerveza Tsingtao, que se elaboró por primera vez aquí en 1903 durante el período colonial alemán. "Muchas empresas chinas fueron a Europa y luego volvieron a desaparecer. Así se daña considerablemente su marca. Nosotros, por otro lado, tenemos la intención de quedarnos."

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Sin embargo, esta estrategia no es del todo nueva. Hisense se ha expandido desde 2004, inicialmente a Sudáfrica y Australia. Los chinos se fijaron entonces en Europa, primero en el mercado alemán, luego en Inglaterra, Italia, España y Bélgica. Con un plan sencillo: primero el cliente es convencido por un televisor y luego se despierta su interés por los demás productos de la empresa.

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En 13 años, Hisense ha multiplicado por ocho sus ventas internacionales.

Sin embargo, el mercado exterior sigue representando sólo el 23 por ciento de las ventas totales de la empresa. Por razones de coste - y para acercarse a los mercados extranjeros - Hisense ha comprado tres fábricas fuera de China: en México, la República Checa y Sudáfrica.

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