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Las faltas de puntualidad en el trabajo son un incumplimiento por parte del trabajador, que si se repiten durante el tiempo, pueden acarrear consecuencias disciplinarias, desde una amonestación, hasta una suspensión de empleo y sueldo o el despido disciplinario, para casos más graves.

Debe entenderse por falta de puntualidad, tanto la impuntualidad en la hora de entrada (llegar tarde), como en la hora de salida, es decir, el abandono del puesto de trabajo antes de la hora marcada para el final de jornada.

El número de faltas de puntualidad que pueden justificar el despido, se encuentra en el convenio colectivo aplicable a cada sector o empresa, puesto que el Estatuto de los Trabajadores no concreta.

Si la empresa tolera que el trabajador llegue tarde al trabajo, no puede despedirlo de forma sorpresiva. Primero debe advertirle para que cese en su actitud y llegue puntual al trabajo. Luego puede sancionarle y en los casos más graves hacerle un despido disciplinario.

Para casos justificados, la falta de puntualidad no debe ocasionar ninguna consecuencia al trabajador.

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