Si alguno de los barones del PP tenía algún recelo contra las bajadas de impuestos de Madrid, que los había, todos secundaron ayer a Isabel Díaz Ayuso, después de que Pedro Sánchez hablara de discrepancias entre presidentes autonómicos populares sobre la armonización fiscal. Todos ven en esas palabras del presidente y la enmienda pactada con ERC un ataque a Madrid, de ahí el cierre de filas con la presidenta madrileña y con Pablo Casado, que defiende la rebaja de impuestos como una seña de identidad del PP –“lo lleva en los genes”– y que considera que el dinero donde mejor está es en el bolsillo de los españoles. El líder popular, Pablo Casado, salió en defensa de Ayuso, a la que tantas veces ha puesto de ejemplo de lo que haría su partido si estuviera en el Gobierno de España, en especial en política fiscal. Es más, Casado se ha comprometido a compensar las alzas de impuestos que imponga Sánchez con bajadas en las comunidades que gobierna el PP y rechaza que Madrid sea un paraíso fiscal: “Es un modelo alternativo al infierno fiscal en el que han convertido a Catalunya los independentistas y que Sánchez quiere extender a toda España”, dijo ayer. E insistió en que las comunidades del PP seguirán bajando impuestos “porque se crea más empleo, se recauda más y se pueden tener mejores colegios, hospitales y servicios sociales”. Galicia y Castilla y León Feijóo y Mañueco abogan por armonizar siempre que suponga una rebaja impositiva De manera que todos los barones del PP se apuntaron a las tesis de Díaz Ayuso y Casado. Incluso los que en otras ocasiones pedían cierta armonización fiscal –como los presidentes de Galicia y Castilla y León– salieron ayer en defensa de la bajada de impuestos y a lo más que llegaron fue a mostrarse partidarios de la homogeneización “si es a la baja”, pero en ningún caso subir impuestos, y menos el de sucesiones, que Galicia bonifica hasta el 99%, igual que Madrid, y que Castilla y León no ha suprimido para mantener su acuerdo de reconstrucción económica con el PSOE. El impuesto de sucesiones prácticamente tampoco existe en Andalucía y Murcia, que apuestan por seguir bajando la presión fiscal con el convencimiento de que así se recauda más. En Andalucía, esa exención, aprobada en el 2019, supuso incorporar como cotizantes a 120.000 personas, lo que ha aportado un incremento de la recaudación por el IRPF de 650 millones de euros. “Por cada euro que dejamos de ingresar por sucesiones y donaciones, ingresamos cuatro por IRPF”, dicen fuentes de la Junta. En Murcia, el Ejecutivo de Fernando López Miras se opone a “la intromisión del Gobierno central en la autonomía fiscal” de la comunidad porque supone “volver a aplicar impuestos injustos”. Murcia suprimió sucesiones en el 2018, lo que ha permitido que los murcianos, según fuentes del Gobierno regional, “se ahorren 931 millones de euros”. Comunidad valenciana Ximo Puig recuerda que el debate que él agitó “va de igualdad y justicia social” Pese a todo, el presidente
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