El presidente del gobierno español en funciones, Mariano Rajoy, pidió hoy el respaldo del Parlamento para que España tenga un "gobierno estable" y a cambio se ofreció a pactar reformas claves para el país, al inaugurar el debate de su investidura, que saldrá adelante gracias al histórico giro del opositor Partido Socialista (PSOE), que se abstendrá para evitar unas terceras elecciones.
"España necesita un gobierno con urgencia", subrayó Rajoy en el inicio de su discurso, al igual que lo hizo a finales de agosto, cuando aceptó el encargo el rey Felipe VI de formar gobierno pero su investidura resultó fallida por falta de apoyos.
Desde entonces, lo único que cambió fue que los socialistas se enfrentaron en una guerra interna que culminó con la renuncia de su ex secretario general, Pedro Sánchez, lo que derivó en un viraje del "no" a la abstención ante la investidura de Rajoy.
Aunque no quería alardear de ser el gran triunfador tras más de 10 meses de bloqueo político, el líder del Partido Popular (PP) reclamó la confianza argumentando que su candidatura no sólo ha sido la más votada en las últimas dos elecciones sino que es "la única razonable, como el tiempo se ha encargado de demostrar".
"España no admite más demoras. No exagero ni un ápice si digo que la inestabilidad política es el mayor riesgo para nuestra economía", añadió Rajoy, quien, no obstante, advirtió que a pesar de que el país es el que "más crece de las grandes economías desarrolladas", esos logros se ven amenazados por la "inestabilidad política" y la "parálisis institucional".
Es por ello que insistió en que "España necesita un gobierno que pueda gobernar, un gobierno basado en cuando, o bien un gobierno de coalición o una serie de acuerdos que eviten una legislatura estéril".
Estos acuerdos garantizarán que el país tenga un "Ejecutivo estable, duradero y tranquilizador", subrayó, en un mensaje dirigido al PSOE, que pese a que facilitará la investidura a Rajoy advirtió que no le aportará apoyo para gobernar.
En ese sentido, se comprometió a cumplir con su acuerdo firmado con los liberales de Ciudadanos a cambio del apoyo a su investidura, que incluye medidas de regeneración política y lucha contra la corrupción, y trabajar para "crear empleo y preservar el Estado de bienestar".
Además, se ofreció a "dialogar" y buscar "una solución compartida" a los grandes retos que afronta España, entre ellos en materia de educación, pensiones y financiación autonómica.
Respecto al desafío secesionista de Cataluña, volvió a decir que estaba "abierto al diálogo" con el gobierno catalán pero advirtió, como hace siempre, que defenderá la soberanía, la unidad de España y la igualdad de los españoles.
"Estoy dispuesto a negociar todas las decisiones", remarcó Rajoy sobre el final de su intervención, aunque pidió también "responsabilidad" a los diputados opositores.
El debate se reanudará mañana con las intervenciones de los portavoces del resto de grupos, al término de las cuales se producirá una primera votación, cuando se espera que una mayoría absoluta rechace la candidato del líder del PP.
Exactamente 48 horas después, el sábado por la tarde, se producirá la segunda votación, y será en ese momento cuando Rajoy será investido, ya que sólo necesita una mayoría simple que tiene garantizada gracias al histórico compromiso de un dividido PSOE de abstenerse.
Tras más de 10 meses de bloqueo político, dos elecciones -20 de diciembre y 26 de junio- y dos intentos de investidura fallidos -uno del socialista Pedro Sánchez y otro del propio Rajoy-, España tendrá un nuevo gobierno conservador en La Moncloa, al que el PSOE le entregó el poder.
El PP sumará a sus 137 diputados los votos favorables de los liberales de Ciudadanos (32) y de Coalición Canaria (1), mientras se espera que la mayoría de los 85 diputados del grupo socialista se abstengan y una decena voten "no" junto con el resto de fuerzas políticas.
El vocero parlamentario del PSOE recordó hoy a sus correligionarios que deben acatar la decisión del Comité Federal del PSOE del pasado domingo y abstenerse, ya que "no cabe libertad de voto", pero una decena de diputados rebeldes se resisten a cambiar de posición, incluido el ex secretario general, Pedro Sánchez.
"Rajoy le pide la abstención al PSOE por el país, y volverá a repetir la maniobra una y mil veces. Es una señal de debilidad. Ayer las élites se turnaban, ahora gobiernan sólo si se juntan", denunció el vocero parlamentario del partido izquierdista Podemos, Ínigo Errejón.
"Es una salida en falso, el PP está comprando tiempo", añadió el diputado, quien ante del debate remarcó que el PSOE se ha rendido pero Podemos "seguirá sin capitular".
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