El legado de las personas africanas y afrodescendientes a España. Ciclo de ideas para la reflexión. “Arte Negro”: una educación artística antirracista en España como escenario para otros posibles. Ana Cebrián Martínez.
El arte es una de las herramientas de transformación más potentes que existen. Nos permite imaginar alternativas, otros futuros posibles. El arte es “filosofía en imágenes”, cuestionarse el mundo para entender las distintas formas de experiencia humana. Es capaz de sintetizar lo que acontece en el momento en el que se pone en marcha, y eso revela indirectamente muchas cosas que no sabemos de nosotros mismos o de la sociedad. Nos da la oportunidad de enfrentarnos a esto, ponerle una imagen, encararlo y responder. Nos permite conocer lo que está en los márgenes de la mirada.
Y es desde este lugar que los artistas afrodescendientes han tomado el arte, como un camino para gritar la propia existencia, y como un arma frente a la opresión, una respuesta radical que lucha por salir a la superficie de todo el arte blanco. Podemos rastrear la historia del empoderamiento estético de la comunidad negra, y de repente el pelo no es solo pelo, es afirmación de la presencia y mapa trazado para la supervivencia. Desde el propio empoderamiento estético, a la producción cultural y comunitaria o la creación de obra contemporánea, el arte afrodescendiente, es aún más que en otros casos, un arte de sanación, producción de conocimiento y reivindicación social.
Si bien la Historia del Arte Occidental tiene muchas lagunas, en la actualidad la comunidad afrodescendiente global y sus aliados se han dedicado a recuperarlas. Podemos encontrar esas representaciones invisibilizadas a lo largo de la Historia que nos descubren de manera evidente la falsedad de la migración como fenómeno reciente, trazando un recorrido preciso sobre las estéticas del racismo en España, esas que aún permanecen, así como las presencias de lo negro y lo mestizo. Más adelante, podemos destacar la obra de los artistas afroamericanos y afroeuropeos, que en las vanguardias se enfrentaron al primitivismo cubista, respondiendo con su propio arte moderno. Esta senda nos lleva al mundo contemporáneo, donde poco a poco los artistas afrodescendientes han logrado abrirse camino, no sin antes tener que reivindicar su estatus de artistas y no de artistas negros. Esto nos ofrece un panorama amplio donde registrar una serie de lecciones antirracistas, en los temas, los estilos de representación y los formatos, que han hecho que en España sean los espacios de la cultura, aquellos donde más activa es la visibilidad política de la comunidad negra.
Todavía al margen de la escena internacional contemporánea, necesitamos abrirnos a otros modos de expresión artística, pues sin una educación artística antirracista jamás tendremos las herramientas necesarias para que el arte sea un instrumento de reivindicación eficaz, para producir un conocimiento específico desde los colectivos que pueda suponer una brecha, o una oportunidad de transformar el dolor, la inquietud, o el desprecio en un espacio para la posibilidad. A partir de ese momento se produce un intercambio, un acercamiento, una intención de cambiar lo que ha dejado de funcionar, no nos respeta o nos hiere, y activar procesos de pensamiento-acción para una sociedad más afectuosa, amable y cuidadosa con todas las personas.
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