Pese a la experiencia de nuestro compañero con estas aves, jamás pudo imaginar que un macho de perdiz se posase en la tapia de su casa para entrar en pelea con uno de sus reclamos. Pero la cosa no termina ahí, alucinó literalmente cuando se quedó a escasos centimetros del bravo animal, y es que cuando se trata de defender su territorio,nada se interpone en el camino de este rudo macho.
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